Día 13
El Discipulado Como Vehículo Para La Acción Transformadora Del Espíritu Santo
“Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; más si me fuere, os lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.”
Juan 16:7-8
En el día de ayer pudimos ver cómo cada uno de nosotros, como hijos de Dios y sacerdotes, tenemos la responsabilidad de discipular a las generaciones. Dios nos ha dado esta tarea, tal como Jesús nos mandó en Mateo 28:19: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones…”. El discipulado es un proceso continuo en el que, por Su gracia, somos transformados a Su imagen y crecemos en lo que hemos recibido a través de Jesús.
Este discipulado no depende de nuestro entendimiento, sino de la obra del Espíritu Santo. Podemos enseñar los principios del Reino y modelar Su cultura, pero sólo Él puede cambiar los corazones. Juan 16:8 lo deja claro: “Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.” Solo el Espíritu Santo puede guiarnos a los propósitos perfectos de Dios y formar en nosotros el carácter de Cristo (Efesios 4:13).
Los discípulos vivieron experiencias únicas con Jesús, pero Él les aseguró que era mejor que se fuera para que viniera el Espíritu Santo. En Juan 16:7 Él dijo: “Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros…”. Su partida fue necesaria para que recibiéramos al Espíritu Santo, quien, al morar en nosotros, nos da una relación más cercana con Dios que la que los discípulos tuvieron con Él físicamente. Esto demuestra la confianza que Jesús tiene en el ministerio del Espíritu Santo.
El Espíritu Santo nos invita a confiar en Su poder transformador en cada discipulado. Él está trabajando activamente para equiparnos con lo necesario para discipular a las generaciones y cumplir la gran comisión de Mateo 28:19-20. Con todo nuestro corazón, alma y fuerzas, necesitamos al Espíritu Santo, quien atraerá a los hijos pródigos y nos ayudará a construir un lugar donde Su presencia transforme vidas y Su Reino se manifieste.
Cómo lo vivimos en la vida personal:
Desarrollar una relación más profunda con Dios: Dedica tiempo diario para profundizar tu relación con Dios, reconociendo que Él es la fuente de toda transformación. El Espíritu Santo te guiará en cada paso de este proceso del discipulado. Recuerda que el discipulado no se trata de nosotros, pero es muy importante que nosotros sepamos escuchar a Dios, para después poder enseñar a los discípulos a que ellos también aprendan a hacerlo.
Pasos prácticos para desarrollar el principio con la comunidad:
- Ser ejemplo de vida transformada: Vive de acuerdo a los principios del Reino de Dios para ser un modelo a seguir. Tu vida, transformada por el Espíritu Santo, será un testimonio e inspiración para los demás.
- Cumplir la gran comisión: La gran comisión solo se puede cumplir si la ponemos en práctica. No es sólo compartir el evangelio, es acompañar a las personas en su caminar de fe. Sé como ese hermano mayor que ayuda a caminar a los más pequeños, orar con ellos, enséñales con la ayuda del Espíritu Santo el poder que hay en las Escrituras, a desarrollar una cultura de humildad, confesión, perdón, y dar de lo que por gracia todos recibimos.
“Si la construimos, Él la habitará”:
“No buscamos confiar en nuestras capacidades, buscamos confiar en la plena dependencia del Espíritu Santo.”
Oración:
Oramos para vivir conociendo más íntimamente al Espíritu Santo, para que podamos entender por qué Jesús nos dijo que era necesario que Él viniera, y así cumplir la gran comisión con Su ayuda.
Motivos de oración
Durante este tiempo especial de ayuno y oración, queremos enfocarnos en buscar a Dios de manera intencional y con propósito. Para ello, hemos preparado una lista de motivos de oración que nos ayudarán a alinear nuestros corazones con Su voluntad y a interceder por áreas clave en nuestras vidas, en nuestra comunidad y en la iglesia global.
Personal
Comunitario
Global
TIEMPO DE INTIMIDAD:
Te invito a un tiempo de intimidad con Dios, donde podrás hablar con Él, escuchar Su voz y meditar en Su Palabra. Es un espacio para rendir tu corazón y permitir que Su presencia transforme tu vida. ¡Ven y acércate más a Él! A continuación, te brindamos el enlace para un tiempo de adoración que te ayudará a entrar más profundo en Su presencia.