Como expresaron los grandes reformadores, “Ecclesia reformata semper reformanda est secundum verbum Dei”, la iglesia siempre debe estar reformándose a la luz de la Palabra de Dios, y Dios nos está despertando para profundizar en el entendimiento profético de los tiempos que vivimos, para madurar y ser sobrios y prudentes, preparándonos para vivir los tiempos confusos y oscuros que se avecinan en el poder del Espíritu Santo.

Nuestras estructuras, nuestros planes y nuestra misión apuntan a desarrollar una cultura de iglesia que responda a este entendimiento que Dios nos desvela en su Palabra, una comunidad con la cultura del Reino de Dios forjada en sus corazones, íntima, enamorada y apasionada por Jesucristo y su regreso, que discierne y entiende los tiempos y que se prepara intencionalmente para ser la iglesia gloriosa que Él está edificando.